Sueño que caigo.
Y caigo.
(La cábala de los veinticuatro tomos
desenreda aquella suerte,
esa mano,
este disfraz.
Pero son sólo señas bufas,
grafías de cicatrices.)
Entonces caigo
soñando fondos intactos,
superficies vírgenes,
muertes que comienzan.
Caigo mientras sueño,
y sueño
que me atajarán tus brazos
mancos cuando despierte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario